“Un fabricante viene para presentar su nuevo vehículo; demostrar que puede ganar y cuando gana dos o tres veces es el momento de hacer otras cosas”, dijo Etienne Lavigne, el director del Dakar. En sus palabras se resume la trayectoria que Peugeot hizo en la prueba desde su retorno en 2015. La marca del león ganó dos veces consecutivas, por lo que es momento de la retirada, triunfal si es posible. La escudería alistará al Peugeot 3008 DKR con una nueva configuración Maxi y apuesta a sacarle el mayor rédito a la nueva suspensión con muchos más centímetros de recorrido. Tendrá cuatro máquinas con pilotos de alto nivel: Stéphane Peterhansel, Carlos Sainz, Sébastien Loeb y Cyril Déspres.
Los Mini oficiales asoman como la principal amenaza. La marca británica, aliada con la alemana X-Raid, dispondrá siete vehículos y es tanta la obsesión por destronar a los franceses que diseñó tres buggy en los que trabajaron 40 personas de cinco nacionalidades y de seis compañías en los últimos siete meses y medio. El estadounidense Bryce Menzies, el finlandés Mikko Hirvonen y el saudí Yazeed Al-Rajhi serán los pilotos.
Los John Cooper Works 4x4 serán piloteados por el español Nani Roma, el polaco Jakub Przygonski, el mendocino Orlando Terranova y el chileno Boris Garafulic. La estructura oficial de Toyota pondrá en el camino a la Hilux V8 4x4 cuyos retoques la hicieron más ligera, estable y rápida. El qatarí Nasser Al-Attiyah, el as del equipo, elogió las prestaciones que también gozarán el sudafricano Giniel de Villiers y el holandés Bernard ten Brinke.
Cuatriciclos: una sola marca con pocos rivales
Desde que el Dakar llegó a Sudamérica los cuatriciclos, sin montar estructuras oficiales de las fábricas, sólo tuvieron una marca ganadora: Yamaha. El sello japonés es el elegido por los pilotos de todas las nacionalidades y fue el que llevó a la victoria al campeón defensor, Sergei Kariakin, de Rusia. De hecho, el modelo Raptor 700 fue la monomarca hasta el puesto seis en la edición pasada. Recién en esa posición pudo irrumpir otra marca, Honda. “La gran diferencia está en el tren trasero”, revelaba en 2014 Jérôme Bos de Mecasystem, el preparador de los Yamaha de los Patronelli, los hermanos que de las nueve ediciones ganaron cinco. Junto a Honda, los Polaris estadounidenses y los Can-Am canadienses buscarán cambiar el rumbo.